Ignacio
Ondargáin
NACIONALSOCIALISMO.
Historia y Mitos
Treinta
de abril de 1945
EL HUNDIMIENTO
1-
Ya no queda más tiempo
2-
Muerte y resurrección de Adolf Hitler
3-
Ocho de mayo de 1945: El Hundimiento
1- Ya no queda más tiempo
Las
postrimerías del Reich sucedían en el escenario dantesco de una batalla apocalíptica. Sus defensores no luchaban ya por el
Reich temporal sino por algo que se halla más allá de todo:
Estando
decidida ya la derrota material,
enfrentándose
a una muerte segura,
los
guerreros entraban combatiendo en la Eternidad.
El
Bunker de la Cancillería en torno al cual se
desarrollaba el corazón de la batalla, se hallaba comunicado con toda una red de túneles subterráneos construida por la organización
TODT dirigida por Albert Speer. Esta red secreta comunicaba todo Berlín estratégicamente así como lugares más distantes fuera
del casco urbano como el aeródromo de Tempelhof. Toda una red de calles y pasillos subterráneos que partía de la Cancillería del Reich y comunicaba un sistema de bunkers.
Los pasadizos estaban construidos con espesos muros de hormigón. Años después de la guerra, el día 1 de diciembre de 1983
hubo una explosion en un sector de Berlín producida por explosivos acumulados allá al finalizar la guerra. Las calles subterráneas
permitían transitar a autos pequeños y en general toda la red estaba construida para facilitar el desplazamiento de Hitler
y otros dirigentes NS por Berlín.
Es
decir, en los últimos días del Reich Alemán los más altos dirigentes nazis localizados en el Bunker se desplazaban por subterráneos
secretos por todo Berlín y podían comunicarse con las diferentes zonas aún no invadidas.
La
propaganda del actual Régimen dice que Hitler murió en el Bunker y que su cadáver necesitó ser cremado con gasolina tomada
del depósito de tanques a última hora. Pero esto es totalmente falso e imposible. Los nazis no eran gente caracterizada precisamente
por la imprevisión y habían previsto perfectamente el final de la guerra.
Cuando
los comunistas del este ocupaban el área del bunker, la red subterránea se hallaba bajo control de la organización TODT y
su existencia era totalmente desconocida tanto para los comunistas soviéticos como para sus “aliados” capitalistas.
Por tal de garantizar la seguridad de la red, sólo unos pocos dirigentes del Reich la conocían.
Hitler
utilizó los pasadizos y calles subterráneas durante todos los últimos meses de la guerra, pudiendo abandonar el Bunker en
cualquier momento y sin ningún problema, apareciendo en diferentes lugares del frente.
Podemos
pensar que el final del Führer en Berlín es desconocido pero lo que sí sabemos es que no murió como se nos ha contado hasta
ahora por el Sistema.
No
necesitó suicidarse acobardado y apresurado por la llegada de los comunistas. Tampoco es cierto que su cadáver fuera cremado
a última hora y a toda prisa en el exterior del Bunker.
Ya
hemos explicado en otro artículo anterior que el Führer, decidió no utilizar las armas secretas en la contienda porque su
utilización habría supuesto una grave y peligrosa distorsión del entramado de realidad tanto material como extramaterial.
Una decisión así fue difícil de tomar ante el alcance de la barbarie roja-capitalista y el desarrollo de los acontecimientos,
pero así tuvo que ser y así fue.
Llegado
el momento, a las 10,30 de la noche del día 29 de abril, Hitler se despidió del personal auxiliar del Bunker, quedando este
libre de su voto de fidelidad.
Según
Erna Flegel, la enfermera encargada de cuidar del Führer en el Bunker, “Hitler no necesitaba cuidado alguno”,
si bien arrastraba secuelas del intento de asesinato diez meses antes en Prusia Oriental: “le costaba caminar y su lado
derecho seguía debilitado”. Es decir, la salud física y mental de Hitler era perfectamente sana y a pesar de todo lo
que sucedía en esos días, no necesitaba cuidado alguno. Gracias a esta circunstancia Erna Flegel podía dedicarse a atender
a otros que sí precisaban ayuda médica.
.
2- Muerte y Resurrección de Adolf Hitler
Un
conocido me envió recientemente unas breves líneas de un escrito enigmático titulado “El Iniciado del Sol Negro”
donde se detallan los momentos finales del Führer y que ahora pongo a vuestra disposición. Como tal no tiene validez histórica
comprobada pero sí puede situarnos en la perspectiva que tenía el Tercer Reich del Más Allá y en sus posibles derivaciones
y pervivencia final. Dice así:
"He aquí el relato secreto de los acontecimientos acaecidos en las horas finales del Tercer Reich y en la partida del
Führer Adolf Hitler.
Partió el Führer de este mundo en busca de los suyos y para guiar a los héroes del nazismo hasta la Patria Polar y para que ninguno de sus hijos se extraviara en los infiernos y
los bardos de entremundos.
7- DESPEDIDA Y SALIDA DEL
BUNKER
- Cuando Hitler se despidió
del personal auxiliar del Bunker de la Cancillería,
estos creyeron que iba a suicidarse pues ninguno de ellos conocía los pasadizos subterráneos secretos que conectaban el Bunker
con una red subterránea que atravesaba y comunicaba todo Berlín.
- Y al cabo de unas horas,
retirado el personal en sus habitaciones, algunos creyeron oir un disparo en medio de todo el ruido del bombardeo exterior
del Bunker, pero otros no lo oyeron.
- Para entonces Hitler
ya había abandonado el Bunker acompañado por tres SS. Cojeaba un poco y mantenía el control total de sí-mismo y de la Fuerza. Su mirada no transmitía emoción alguna.
- Dentro de sí-mismo el
Führer percibió el eco interior de la guerra exterior. Podía sentir cómo fuera del Bunker, en torno a él, miles y miles de
guerreros entraban en la Eternidad.
- Atravesó a pie un pasillo
de hormigón de más de cien metros de longitud que era más alto que ancho y por el que apenas podían cruzarse dos personas.
Sintió aquel pasillo estrecho como parte de su tránsito hacia la Eternidad.
- Llegó a un túnel más
ancho donde les aguardaba un auto. El Führer y los tres acompañantes subieron y el auto arrancó.
- Hitler iba en el asiento
posterior y miraba hacia adelante con firmeza, viendo cómo el auto iluminaba con sus focos la profundidad del túnel.
- Por su mente fluyeron
las imágenes de su vida... Pensó en su querida madre, sus amigos de juventud, su padre, su vida en Viena, la Guerra de 1914-1918... se acordó de los héroes que morían por el Reich...
pero no se lamentó pues podía percibir la Eternidad.
- Al cabo de más de media
hora, el vehículo se detuvo en el túnel y el Führer salió del vehículo. Atravesó un pasillo que iba a parar a una puerta guardada
por dos SS, quienes la abrieron tras saludarle marcialmente.
8- EL RITUAL
- El Führer accedió a
una cripta de forma circular de más de diez metros de diámetro. Las paredes eran de piedra oscura y en el lugar no había iluminación
artificial alguna sino tan sólo la luz de unas velas en torno a la pared.
- En la cripta habían
en pie, con aire solemne y formando un círculo, doce iniciados dirigentes de la
Orden Negra a los que saludó uno a uno.
- Tras ocupar el lugar
preferente de dirección norte, el Führer pronunció unas breves palabras para agradecer la fidelidad de los presentes a La Causa y su compromiso esencial.
- El ritual comenzó y
todos en la cripta dirigieron su Fuerza y su Voluntad al centro de la cripta donde al cabo de un tiempo empezó a proyectarse
un Agujero Negro de vacío.
- Un ambiente, un aire
extraño e inquietante fue haciéndose presente. El
tiempo pareció haberse detenido.
- Se sintió entonces una
separacion entre el espacio exterior que sintiérase como girando velozmente en torno al espacio interior de la cripta que
permanecía estático.
- La sensación de vacío
en el interior se hizo total y un sentimiento de terror y de muerte se apoderó de todos los presentes, pero ninguno cedió,
permaneciendo todos firmes en la integridad de sí-mismos.
- Perdida toda sensación
o referencia del tiempo, en ese espacio detenido en el tiempo, el Führer se despidió de los doce iniciados de la Orden Negra adentrándose en la Eternidad.
- Entonces el espacio
mágico abierto empezó a ceder y el exterior de la cripta cesó de girar, volviendo la realidad del espacio-tiempo. El cuerpo
físico del Führer había quedado sin ánima. Fue recogido y trasladado al Refugio Inexpugnable en un vimana.
- Ya en la eternidad,
el espíritu del Führer descendió a los infiernos y rescató a los héroes del Reich para arrebatárselos al tiempo y al aliento
del Demiurgo y resucitarlos en Hiperbórea.
- Concluida la guerra
exterior, el Führer finalizó su misión en el ultramundo y en espíritu volvió a la Antártida para resucitar su cuerpo y proceder a la Gran Transmutación Polar.
- Nada quedó del Führer
en la tierra, salvo el odio del mundo hacia él. La raza de los hombres quedó huérfana de su luz para extraviarse definitivamente
en las sombras de la realidad ilusoria y el mundo de muerte de Satanás.
- Tan sólo aquellos peregrinos
que recuerdan y hasta pueden sentir la misteriosa luz del Sol Negro, son a veces raptados por el canto de las musas hiperbóreas.
Entonces en su interior se enciende el Fuego de la Divinidad
y en sus ojos puede verse brillar la luz y la Fuerza del
dios antiguo".
3- Ocho de
Mayo: El Hundimiento
Ya nada quedaba
por hacer sobre el mundo. Todo había sido realizado y finalmente el 8 de mayo de 1945, fue el día elegido por el Tercer Reich
para consumar el Tránsito hacia la Eternidad. Todo fue perfectamente establecido organizado y realizado con total
precisión. La partida del Reich fue un “Hundimiento” equivalente al de la Atlántida… Marchó el Reich y los mejores de los héroes quisieron marchar con él. Podemos
comprender cómo más allá del amargo mar y de las aguas mercuriales, el Tercer Reich aguarda a sus últimos vástagos. Veamos
cómo continua el texto de “El Iniciado del Sol Negro”:
9- OCHO DE MAYO
DE 1945: TRÁNSITO A LA ETERNIDAD
-
Día 8 de mayo de 1945: el Tercer Reich abandona el mundo adentrándose
en la Eternidad. El ocho, tránsito y mutación en el Infinito.
-
El espíritu hiperbóreo que dio forma al Tercer Reich histórico dejaba de incidir sobre
el mundo tornando más allá de los hielos y de la muerte.
-
En los últimos días de la contienda los guerreros desafiaron a la muerte por la Vida
del Reich y por el Führer hacia la Eternidad. El Espíritu les reveló la esencia de Su Lucha y quisieron partir con Él.
-
No hubo capitulación sino combate a muerte hasta el Final. Nadie quería sobrevivir al Reich y los guerreros,
junto a Los Suyos y a sus camaradas emprendían el viaje al Más Allá.
-
Los mejores de la raza abandonaron el mundo y marcharon junto al Führer desprendiéndose
de la muerte. Porque sin el Führer y sin la Fuerza del Sol Negro el mundo es tan sólo un lugar de muerte y descomposición.
-
En el Más Allá el Führer condujo a los suyos a Hiperbórea, la Patria Polar donde aguarda
el Último Batallón que volverá para vencer al mundo de muerte del Maligno.
-
Más allá del amargo mar y de las aguas mercuriales, el Tercer Reich aguarda a sus
últimos vástagos para completar el Retorno y la Batalla Final.